Utiliza texturas para dar carácter y estilo tus espacios. Todos los materiales tienen personalidad propia, la madera, telas, piedras; y el saber mezclarlos dan como resultado un espacio agradable.
Basado en las tendencias puedes cambiar utilizando colores y texturas para que tengas espacios diferentes y con estilo propio; siempre cuida que sean materiales prácticos dependiendo el área donde los utilices.
Las texturas nos generan sensaciones, en un sitio de clima cálido debes optar por colores claros y texturas frescas que te hagan sentir bien. En sitios fríos tejidos que hagan el espacio acogedor tanto visual como al tacto.
En exteriores debes utilizar materiales especiales para convivir con lluvia, sol y desgaste natural, por lo que debes utilizar maderas tropicales, tejidos plastificados, metales y textiles tratados especialmente para exterior.
Además de mezclar texturas, debes plantearte que colores quieres en todo el espacio para decidir cada elemento y que todos se integren, o bien contrastar intencionalmente con un mueble o un elemento.
En interiorismo un muro con textura ya sea piedra, piel o cualquier otro material es muy importante ya que va a ser el acento o el elemento principal del lugar donde lo utilices
Las superficies lisas transmiten una sensación de orden y limpieza muy apropiadas para un lugar de trabajo, cocina o baño. Las texturas más acentuadas en tapetes, cortinas o tapizados dan mayor calidez a una habitación y son ideales para la recámara o la sala.
La textura es tan importantes como el color en la decoración y debe elegirse con el mismo cuidado. Un espacio monocromático puede ser muy dinámico si se juega con varias texturas.
La luz influye en las texturas y los colores modificando su apariencia. Así como las sombras tienden a acentuar las texturas, también hay que tomar en cuenta que las superficies brillantes reflejan la luz mientras que las opacas la absorben.
La combinación de texturas hace que la decoración sea más interesante y dinámica, logrando ambientes más agradables. No temas en jugar con los contrastes aunque hay que saber incluirlas en su justa medida, ya que pueden llegar a cansar o disminuir el espacio visual de la habitación.
El vestíbulo es el espacio que te recibe, por lo que debe hablar por sí solo.
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